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Wednesday, September 4, 2013

Meluk le cuenta... (Bale, otra real obra de estilo Florentino )


Gabriel Meluk

Gabriel Meluk, editor de deportes de EL TIEMPO.
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Cifra récord del galés responde al viejo método del presidente del Madrid, que no pudo tener a Neymar. Análisis.
Los casi 100 millones de euros que el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, pagó por el galés Gareth Bale no obedecen a una proyección de pérdidas y ganancias de venta de camisetas, ni hacen parte de una supuesta ‘burbuja económica’, ni responden a una estrategia calculada de variables, fórmulas y algoritmos económicos.
Se gastó un platal, claro, pero Real Madrid también recibió otro: al menos 110 millones con las transferencias de Ozil, Higuaín, Callejón...
Florentino Pérez responde a su estilo: el de pagar más para demostrar el poder de presidir el mejor equipo del mundo, al que llegan los mejores del mundo.
Es su manera de decirles al fútbol, a los multimillonarios rusos, a los sincronizados clubes alemanes, a los jeques árabes, a los flemáticos ingleses y a las bolsas de valores que el club más grande del mundo puede gastar el dinero que le venga en gana, más cuando no pudo tener a Neymar, el estelar brasileño adquirido por su archienemigo Barcelona por apenas –dicen– 7 millones de euros más de los que él ofreció.
Los ‘galácticos’, los cracks del momento, que hay que tener al precio que sea, son la obra más fiel del estilo Florentino, quien ya pintó con millones las transacciones de Figos, Zidanes, Ronaldos, Cristianos Ronaldos, Beckhams, Owens, Kakas...
Intenta fichar cada año a un Di Stéfano, el prócer histórico del Madrid. Un estilo que ha sufrido duros reveses y más del Barcelona, que lo ha superado recientemente en la cancha y en las vitrinas de trofeos.
Además, con cada nueva espectacular contratación, Florentino renueva la esperanza de –ahora sí– ganarlo todo, de mantener al Real Madrid en lo más alto, así, finalmente, no lo logre. Tener un gran equipo, con grandes jugadores y grandes entrenadores, para ganar.
Florentino es como el coleccionista de arte que compra la obra que quiere porque le gusta y porque tiene el dinero. Simon Cuper, columnista del Financial Times, dice: “Comprar a Bale no es como comprar una máquina que ofrecerá un rendimiento anual. Es adquirir un Picasso: una cosa hermosa, que da condición de propietario”.
A la larga, eso es todo.
Meluk le cuenta…